¿ Influye el tipo de apego con la personalidad del niño?
Podríamos decir que la personalidad se constituye por:
- factores biológicos
- factores de nacimiento
- entorno en el que está siendo criado el bebé
- contexto cultural e histórico.
Así que la respuesta es clara, influye y mucho el tipo de apego que va a recibir el bebé:
“ Es fundamental que nuestros hijos/hijas reciban un apego seguro durante la infancia para que crezcan con una autoestima saludable”
Teoria del apego
Dentro del ámbito de la Psicología del Desarrollo, la teoría del apego, desarrollada por el psiquiatra John Bowlby (1907-1990), se centra en la dinámica a largo plazo de la interacción entre el niño/a y el entorno, en particular a lo referente a las relaciones humanas ( madre/padre – niño/a).
La teoría del apego, ha facilitado la comprensión de la crianza, de algunas formas de la psicopatología que tienen su origen en la tierna infancia y las formas de relación que se establecen entre los niños y sus cuidadores principales.
Tipos de apego
Los estudios de la psicóloga estadounidense Mary Ainsworth ampliaron los conceptos de la teoría del apego, permitiendo demostrar empíricamente sus principios. El más influyente de estos estudios es el conocido como Protocolo de situación extraña, donde Ainsworth evalúa el comportamiento de la separación y reencuentro entre niños y cuidadores. A raíz de sus resultados, identificó tres tipos de apego:
- seguro
- evitativo (inseguro)
- ambivalente (inseguro)
Posteriormente se incluyó un cuarto tipo, el apego desorganizado o desorientado (inseguro).
Aunque cualquiera de los tres tipos de apego inseguro, no prevé necesariamente dificultades, constituye una inadecuación para el niño, especialmente si las conductas parentales continúan durante toda la infancia.
Aquí os dejo el estudio de la situación extraña, para que veáis más claramente en imágenes en que consistía este estudio tan esclarecedor.
Conclusión del estudio
Un apego seguro prematuro parece tener una función protectora duradera, de ahí que si un recién nacido percibe a su cuidador como una fuente de seguridad y apoyo, será más propenso a desarrollar su autoimagen positiva, esperando igualmente reacciones positivas de los demás. Por el contrario, un niño con una mala relación con su cuidador puede internalizar una autoimagen negativa, y generalizar las expectativas negativas en otras relaciones.
¿Cómo podemos fomentar seguridad emocional?
Durante los primeros tres años de vida, el cerebro desarrolla un 90% de su tamaño adulto y coloca en su lugar la mayor parte de los sistemas y estructuras que serán responsables de todo el funcionamiento emocional, conductual, social y fisiológico para el resto de su vida. Así es que vamos a tratar de criar a nuestros hijos durante esta estapa tan importante, cubriendo sus necesidades emocionales y físicas básicas:
- Fisiológicas: alimento (lactancia materna, es alimento físico y emocional), bebida y refugio.
- De Seguridad: asegurarles protección, piel con piel, porteo, besos, presencia, mirada y escucha.
- De motricidad: posibilidad de movimiento espontáneo, libre y constante.
- De pertenencia y amor: que se sientan queridos, aceptados, tenidos en cuenta.
- De estima: respeto y valoración por lo que son, que se sientan útiles.
- De autorrealización: necesidad de autoconocimiento, de crecer, aprender, evolucionar, razonar, conocimiento intelectual…
Los estudios científicos y la práctica clínica nos llevan a la conclusión de que aquellos bebés y niños que han tenido unas figuras de apego que les han cubierto sus necesidades básicas son más seguros de si mismos, más autónomos, tienen una buena capacidad de resolución de conflictos, son valorados como más capaces en el trabajo, establecen buenas relaciones de pareja y con los amigos, en definitiva, son más felices.
Como apunte final y no menos importante
” Para, realmente, poder hacer todo esto (satisfacer las necesidades de nuestros hijos: las presentes y las pasadas) es imprescindible darnos cuenta de cuáles son nuestras necesidades no satisfechas. Seguro que arrastramos y tenemos muchísimas. Hablar con otras mamás o papás que crían de este modo ayuda mucho y si es el caso, podemos pedir ayuda”. Yvonne Laborda